Yo
nunca he sido de playa, bueno y de piscina tampoco. El sol y yo no nos somos
muy amigos. El otro día me subí a un tren (mi segunda casa) y el revisor me
dijo: “Da gusto ver a una chica que ha sobrevivido al sol”. Al principio no
entendí muy bien a lo que se refería, y ante mi cara de póker, el me aclaró, “me
parece muy bien que no sigas la moda de ponerte morena”, simplemente sonreí.
Supongo que igual si se lo hubiese dicho a otra persona, le hubiese afectado,
pero yo estoy acostumbrada a que piensen que llevo pantalones largos blancos
cuando realmente los llevo cortos.
Cuando
estuve viviendo este verano en Barcelona fui a la playa, pero he de confesar
que fueron tres veces en mes y medio, pero bueno, algo es algo. Sin embargo, el
ultimo día que aposte por ir a la playa de Badalona me dio una insolación. Con
lo cual ahora entendéis que no sea muy fan de pasar horas y horas en la playa.
Sin embargo, cuando fui a Hendaya con mis padres, esta mentalidad cambió un
poco. También es cierto, que estuvimos dos horas justas, pero no sé, por
primera vez me sentí cómoda en ella.
Hacía
quince años que no volvía a esa playa, además tenía muy malos recuerdos de
ella. Cuando era pequeña, fuimos con unos amigos de mis padres a pasar el fin
de semana, y aún recuerdo que se me rompieron unas gafas de sol de Barbie que
me habían regalado, a las que yo adoraba, y se me manchó una mochila rosa de
Agatha Ruiz de la Prada que, para mí en aquel entonces, era como un Louis Vuitton.
¡Ya apuntaba maneras yo de pequeña!
Disfrutamos
de un día en familia, donde nos bañamos en el frío cantábrico (yo ya no me
acordaba de lo que era eso) y disfrutamos de un apetitoso croque monsieur mientras
escuchábamos el romper de las olas mezclado con acento francés, vasco y
castellano. Ese día opté por un vestido cómodo que me compré en Formentera hace
años y un sombrero decorado con conchas.
Aprovechad
esta ola de calor que nos está invadiendo para daros el ultimo chapuzón de la
temporada. Si visitáis Hendaya, os aseguro que el agua estará fresquita y se os
quitará el calor en un plis-plas, yo mientras tanto seguiré abanicándome en
clase.
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