jueves, 22 de septiembre de 2016

Bienvenido otoño















De repente llueve, luego sale el sol. Tan pronto me pongo una cazadora como vuelvo a llevar sandalias. ¡Este tiempo me va volver loca! Dicen que en Pamplona puedes vivir en el mismo día las cuatro estaciones del año, pero esta incertidumbre de no saber que me espera y sobre todo del que me pongo va a acabar con mi vida (eso sin exagerar). Hoy en Pamplona hace un día buenísimo, porque tengo que estudiar esta tarde que sino, mi plan perfecto sería estar en una terraza bebiendo un batido helado de chocolate. Parece mentira que hoy comience el otoño, por ello, debemos disfrutar de los pocos rayos de sol que nos queden, antes de que nos quejemos de verdad del frio que hace.
El look que muestro hoy es muy sencillo pero con encanto, por eso, es uno de mis preferidos. Las fotos las hice cuando estaba aún en Granada, y el estilismo es un “hurto” que hice al armario de mi madre. Siempre me había gustado este vestido, pero años atrás, como no era por encima de la rodilla, lo consideraba de señora mayor (¡vamos que no tenía ni idea!). Sin embargo, esta vez al probármelo pensé: me queda como un guante. Es perfecto para estos días de entretiempo, porque las mangas son largas y la tela no es demasiado fina. El color también es muy recomendable para la entrada de esta nueva estación, ya que se mueve en la gama de beiges y caquis que tanto suele predominar en otoño. El vestido es de DKNY. Lo acompaño con unas sandalias que han sido mi perdición este verano, las encontré súper rebajadas, y de verdad que, desde ese momento, entendí que era el amor a primera vista. Son unas sandalias muy poco discretas de Mango. Me gusta como combina el vestido con el calzado, porque al ser este último más “agresivo” rompe con la sencillez del primero. Finalmente, un bolso de flecos de HyM para darle movimiento al outfit y unas maxigafas de espejo.  
Estos días que no se sabe muy bien por donde va a salir el señor cielo, recomendaría cambiar el calzado, ya que, si al final acaba lloviendo, las sandalias deben ser el plan Z. Por ello, yo elegiría unas zapatillas con plataforma o unas muy llamativas para romper también con el efecto visual monocromático. Mi madre insistió en que me llevara este vestido, y tonta de mi le dije que no. ¡No sabéis cuanto me arrepiento! Este fin de semana empiezo a hacerme las fotos para los futuros posts con las tendencias de otoño. ¡Estad atentos y no os las perdáis! 

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