sábado, 7 de septiembre de 2013

LONDON

La ciudad de mis sueños. Esa es la definición perfecta del lluvioso corazón de Inglaterra. No voy a negar que Nueva York junto con la India son lugares donde deseo vivir una temporada de mi larga vida, una por ser la ciudad más cosmopolita del mundo y la otra por la labor humanitaria que se puede hacer en ella. Pero independientemente de eso, Londres tiene algo especial. Es diferente, atrevida, innovadora e incluso “weird” me atrevería a decir. Los barrios son diferentes, la moda que impregna el ambiente es curiosa. Cuando cumplí los 12 años fue la primera vez que pise ese magnífico lugar. Una niña dependiente de sus padres y con las nociones básicas de inglés. Fue un mes duro, de soledad, independencia y madurez a la par de divertido, estrambótico e inolvidable.
Londres es una ciudad que lo tiene todo. Pero en términos de moda se podría afirmar que es “el nova más”. Bien pasees por Oxford Street o por el mercadillo de Portobello Road donde encuentras joyas tanto textiles como de decoración. Lo más probable es que sean únicos e inconfundibles y que cuando los uses en tu día a día causen sensación. Soy de esas personas que prefieren las baratijas que encuentras en cualquier esquina de la hermosa ciudad con aire “vintage” al consumo excesivo en marcas de lujo. London es conocida como una ciudad formal, con normas y reglas que todos sus habitantes respetan y acatan con la finalidad de vivir en armonía, en diversas ocasiones pueden llegar a parecer demasiados rectos en su estilo de vida al igual que en su forma de vestir. Pero este tópico se rompe cuando atraviesas el precioso Camden Town, un lugar donde se respira un aire alternativo. Donde las botas Dr. Martens son una pieza fundamental en tu ajuar y los colores llamativos priman sobre los neutros. Una colisión de estilismo inglés impecablemente correcto con todas las tendencias imaginables existentes en la tierra. El tul junto con la brillantina son las  estrellas de la colección que se desarrolla en esos mercados. Sin olvidar el necesario e imprescindible paraguas de aire japonés que lucen las girls más atrevidas de la zona.

Son imágenes que se han quedado grabadas en mi retina. Es una ruptura total y absoluta de lo clásico con lo moderno, una bocanada de aire fresco y color a esos días grises y lluviosos que dominan durante todo el año. Por eso animo a que todos aquellos que piensen que Londres es una ciudad fría y cortante a que se animen a caminar por esas zonas que nacen con la finalidad de modernizar la ciudad y sobre todo de dar un gran empujón a la moda descabellada y sin reglas.




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