“Lucía,
tienes que mentalizarte, puede que no te gusten las prácticas, que no hagas
nada o que solo sirvas cafés”. Esa era la frase que me repetía una y otra vez a
mi misma a mediados de junio. Mi padre me decía: “Hija, por mucho que quieras
cambiar el mundo, son solo unas prácticas”. Así que cuando empecé, a parte de
un nudo en el estómago, las expectativas de hacer aquello que me gusta, eran
prácticamente nulas. Una vez más, me equivoqué. Ha sido un mes y medio súper
práctico, donde me he sentido como una mas del departamento de la empresa y
sobre todo, he descubierto que me gusta trabajar en el área de marketing y
comunicación. ¿Pero tú no querías dedicarte a la moda? os preguntareis, y efectivamente
la respuesta es sí, pero dentro de este mundo que recientemente he probado. Ha
sido una primera toma de contacto fantástica, que me ha hecho crecer, o
realmente nacer, en el mundo de la empresa.
He vivido en primera persona que es ser un trabajador.
El
viernes se acaba esta estupenda temporada vivida en Barcelona. Una ciudad que
si ya antes recomendaba, ahora obligo a visitar. Su ambiente, su multiculturalidad,
su gastronomía y su moda la convierten
en única. Tiendas vintage en el Barrio Gótico que harán que los ojos se te
hagan chiribitas si las chupas de cuero con flecos son tu pasión, sol y playa
que te permitirán tener un momento de paz junto con un buen mojito y salidas
nocturnas que favorecerán tu práctica de idiomas, en especial, el inglés. La
valoración a nivel general es tan positiva, que me da miedo pensar en las
practicas del próximo año (como veis yo siempre pensando a corto plazo)
Me
da pena cerrar esta etapa, aunque también es cierto que necesito desconectar un
poco de todo y que mi mente solo se preocupe por si va a la piscina o si duerme
unas horas más. Mi familia esta deseando que vuelva a casa, supongo que mi
madre entonará esa canción de Carlos Sadness que dice “Barcelona te quiere,
pero no tanto como yo”. El mes de agosto, tampoco es que vaya a ser un
autentico relax, cuando llegue a Granada mis pequeños príncipes (primos)
estarán esperándome para que nos tiremos de bomba en la piscina, pasando antes
por una comida familiar en el pueblo de
mi abuela y una futura boda a mediados de mes. En conclusión, este verano me ha
tocado recorrer España de punta a punta, como mínimo ocho veces, pero la verdad
es que lo de no parar es algo muy característico del verano. Espero que
disfrutéis de estos días de descanso y que no os olvidéis de que os seguiré
informando sobre el mío tan pronto como pueda. Os dejo algunos recuerdos de mi
mes de julio.