Una semana ligera. Disfrutamos de un día festivo dedicado a nuestros padres y tras dos pestañeos mas nos encontramos en el tan ansiado día de la semana: el viernes. Hoy cambio de aires, aqui me encuentro en el tren camino a Barcelona. Como siempre las maletas de los pasajeros se pegan por ocupar su lugar correspondiente, uno de los auriculares que te dan no funciona y rezas para que la pelicula que eligan en el trayecto sea entretenida. Pero todos estos handicaps no importan cuando te espera un fin de semana por delante disfrutando de una ciudad como "Barna" y esperemos que de un buen tiempo también. Solo he estado una vez en esta, para mi, "ciudad vintage". Hace diez años la visité con un motivo trascendental: comprar mi vestido de comunión y sinceramente estaba mas entusiasmada con los tules de mi vestido que con las Casas de Miró (desde pequeña ya apuntaba maneras). Sin embargo, estos días deseo descubrir una Barcelona diferente, una ciudad alternativa, con buen gusto y con ansia de moda. Como guía cuento con una novata en la ciudad: mi prima. Hace pocas semanas que se trasladó a vivir allí, asi que supongo que tendremos que llevar en una mano algún mapa y en la otra el movil con el gps para contrarrestar nuestra pésima orientación. Un fin de semana diferente, donde aprovechas las horas de viaje para adelantar trabajos de la universidad y recorres media geografía española para llegar a tu destino.
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