“¡Qué electricidad, vaya
conexión!, la complicidad de alta tensión. No hace falta hablar, solo mirarnos,
el mundo gira a tu alrededor”. Podría pasarme todo el post escribiendo la letra
de una de mis canciones favoritas de Carlos Sadness, pero creo que es mejor
contaros como me lo pasé en su concierto en Tudela el sábado pasado.
Llevaba tiempo queriendo ir a
un concierto suyo, como sabéis el “rollo indie-alternativo-folk” en la música
es también una tendencia durante los últimos años, y pese a que me gustan mucho
las “latinadas”, soy una fan incondicional de este tipo de música que apenas se
escucha en las radios y que la descubres por la gran labor que hacen las redes
sociales como medio de difusión. Debo reconocer, que no fue uno de sus mejores
conciertos. “El melenas” (apodo cariñoso con el que sus admiradores le
denominan) apenas tenía voz, pero aún así, decidió no suspender el concierto y
que miles de personas no notaran su escasa voz ya que solo se oía cantar al
público. No sé cómo, acabé en primera fila y sinceramente, disfruté del
concierto como una enana rodeada de amigas.
Y que mejor complemento para
este evento que estrenar mis zapatillas de luces. Si Carlos Sadness pone la
electricidad, yo pongo la chispa. Una vez más Instagram tuvo un papel fundamental,
ya que gracias a esta red social descubrí un auténtico juguete. Tardé segundos
en hacerme con unas y aún menos en estrenarlas. Eso sí, tengo que avisar, que,
si queréis pasar desapercibidos, no son el calzado ideal. Todas las miradas van
a ti y los comentarios no cesan durante toda la noche.
Quise crear un total look
rockero para el concierto. Para ello aposté por unos pantalones altos encerados
de Versace (herencia de mi estilosa madre) y un top negro de punto con escote
en la espalda de Armani Jeans. Para mí, no hay nada como el negro. A esto, se
sumó, una chupa de cuero, una bandana naranja y un bolso tipo Chanel de Bimba y
Lola. Es necesario hacer mención al nuevo complemento que está arrasando en
cualquier tipo de estilismo: la bandana, ese pañuelo de estilo tejano que se
lleva tanto al cuello, en las muñecas o incluso atado en los grandes sombreros.
A mí me parece un accesorio fresco que le da un toque diferente a los outfits.
He disfrutado mucho de este
fin de semana, he tenido de todo: música, familia, amigos, moda y comida, ¿qué
más se podía pedir? Finalmente,
recordaos que aun estáis a tiempo de disfrutar de la semana de las verduras
este fin de semana en Tudela. Yo estaré por allí como siempre, disfrutando de
los productos de la tierra y dando guerra.